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“Discursos comparados” 

“Cada mundo particular descubre siempre la especialidad del espacio que le pertenece”

Martín Heidegger

 

Presentación Sintética de la propuesta:La exposición  se presenta a partir de la reunión de cuatro artistas que de alguna manera tienen una relación con Mendoza: dos de ellos trabajan profesionalmente desde algunos años atrás, una artista mendocina que es itinerante entre Mendoza y Chile y además una artista de nacionalidad chilena que ha expuesto en Mendoza, en reiteradas ocasiones. Discursos comparados, es el eje de la muestra,  ya que mediante los objetos presentados, se parte de relaciones simbólico-fenomenológicas posibles de visualizar en un lugar, en este caso la escena mendocina-santiago(chile).A su vez, La muestra cuenta con  el aval   y supervisión de Justo Pastor Mellado, curador y crítico de arte independiente de alcance internacional y Marcela Romer, teórica, y crítica de arte rosarina.

El eje central y temático de la propuesta: Discursos comparados:

Una exhibición es siempre una ocasión para una situación comunicacional, nos plantea múltiples cuestiones que atañen al lugar, la longitud, el tiempo, las sensaciones, los encuentros, los diálogos. Vale para actuar y operar en situaciones prácticas, ya que de alguna manera constituye una valoración posible de las cosas.       En el supuesto del cuerpo y la cosa, media la imagen. Si la imagen, juega un papel capital en el campo del arte, es un papel que es repasado, transformado, combinado, reanimado de cabo a rabo por el hombre en el orden simbólico. La imagen está siempre más o menos integrada a ese orden, se define por su carácter de estructura organizada y se despliega en la disposición de sus contexturas.     Reinterpretar nuestras representaciones imaginarias y del lenguaje de las cosas, es plantearse la apertura a la duda, la pregunta, la admiración y la sorpresa, en términos aptos para una consideración redituable. Así, la posible exactitud de las imágenes y las cosas que se muestran asumen un papel de renuncia, sólo existen en tanto situaciones comunicables en un contexto dado. El lugar de la exactitud es reemplazado por la vaguedad y multisignificabilidad de los enunciados de las producciones.      La propuesta de obras de esta exposición, adquire así sentido en este marco de relación entre hombre, como habitante de un espacio y como ser social, en el espacio en que demarca sus prácticas de vida. Se proponen por ello, objetos de comparación, esquemas, clasificaciones que tratan de los modos de ver el mundo y de los modos de estar en él, simplemente describiendo sus rendijas.       Juegos humanos de uso y sentido según reglas convencionales y no, como forma de vida, como actividad, donde no hay significados propios, ni usos preestablecidos, pero sí reglas de lectura pautadas en cada encuentro con el otro. Se trata de descomponer atributos en su relación con los individuos espectadores que las  apropian, en lenguajes lejanos al ideal de arte tradicional, lenguajes que son simplemente enunciados y que funcionan en el contexto en que son utilizados.       Discursos comparados: hace relación a   un concepto que indica cómo las obras se transforman en elementos  determinados que permiten dialogar espacios mentales de individuos singulares, espacios mentales entendidos como la influencia de la historia personal de cada uno en el medio mendocino, en el medio virtual de los hombres del mundo entero y en el medio de la indeterminación que nos rodea. Estarán a disposición de los espectadores, catálogos y textos donde se encontrarán discusiones y diálogos entre los artistas participantes y los críticos invitados.

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A modo de introducción al proyecto: Desde dónde situarnos?

Las prácticas artísticas inscriptas en los discursos de la posmodernidad, (que no están exentos de un proyecto político – ideológico y de los cuales el arte que no ha sido jamás ignorante, sabe de su existencia), plantean que la relación del hombre con el medio no es trascendente, sino catártica y tolerante, divertida y conformista. Muchos intelectuales tienden a sobrevaluar estos efectos, otros a derribarlos en lo que se ha denominado una visión integracionista o apocalíptica, según con que ideas se identifiquen.Dentro del discurso general, la teoría latinoamericana de corte sociológico, plantea un sustento materialista de la relación artista medio y propone una revisión del concepto de arte situándolo en las características continentales, ya étnicas, ya geográficas ya de identidades nacionales o de contraposición a la cultura europea hegemónica.En esta visión hiperrealista parece que los hechos sociales indicarían una imposibilidad de creer en una visión superadora seria o con alcances sustantivos significantes para nosotros.Es cierto que sí se pudo pensar en una visión de progreso, ésta estaba marcada por la idea de un proyecto emancipador y en él se entremezclaban las diferencias raciales, religiosas, políticas y económicas que nos aquejan. Comenzó con ello un proceso tácito de desconcientizacion de la identidad nacional y latinoamericana, pues estos procesos aseguraron el desmoronamiento de una conciencia social. También estos factores suman a la desigualad intelectual educativa, la violencia del que tiene más, el obvio fracaso de la competitividad liberal.         Encontrar una alternativa que supere el discurso del otro europeo parece difícil, por eso la mirada intelectual de las prácticas artísticas que aquí presentamos pone énfasis en distinguir y separar características locales respecto del arte latinoamericano.Aun sabiendo que separar estos discursos se torna imposible desde que el arte esta sometido a las leyes del mercado, hablar de identidad es,  en términos actuales hablar de identificación a los proyectos establecidos que no tienen  independencia de los círculos de consagración del poder económico, tanto a nivel de los grandes emprendimientos internacionales como en el nivel de los círculos locales o regionales y escapar a esta estructura es casi imposible desde nuestra realidad local.De esta manera presentamos prácticas artísticas que justamente por no pertenecer a estos circuitos gozan de una  libertad excepcionalmente situada. Es una manera de  reconocer que los gustos y necesidades pueden tener otras alternativas en la escena local del arte mendocino.     Una función que está basada en la necesidad de develar las características de esa sociedad en la que están insertos así como los mecanismos de circulación de obras y artistas.  Se torna así, el arte como un lugar común para una inquietud  de realización, pero desde diferentes puntos de partida, donde el objeto, la obra es sólo un posible registro entre la persona y la acción, entendida como discursos.