SMA (Sustituto de leche materna).
Justo Pastor Mellado
Esta es una exposición realizada bajo el peso fantasmal de la difunta Correa. Berni ya realizó un montaje con este título. Que nos sirva de antecedente. Luego los camioneros argentinos trajeron el culto de la animita a los caminos chilenos. En la subida Alessandri, de Viña del Mar donde comienza el camino internacional hacia Mendoza se instaló una gran animita donde los chilenos han podido aprender el significado de una botella a medio llenar de agua, colgando de una soga. La difunta Correa fascina por el relato. Después de muerta siguió amamantando a su crío. ¡Que figura! Para poblaciones que viven exhibiendo el síndrome del abandono, la difunta Correa es un modelo de fidelidad después de la muerte de la fuente materna. El eje de esta exposición es la inversión del modelo de la difunta. Busca poner en tensión un relato popular que se ha fijado en el duelo de la maternación como recurso de extorsión afectiva y trasladarlo al espacio plástico con el propósito de convertirlo en procedimiento de construcción de obra. Al menos, de construcción de una plataforma de exhibición temporal en una ciudad como Mendoza, que vive de la nostalgia de una maternación plástica esencializante. Este fenómeno no es estrictamente mendocino, sino que corresponde a escenas plásticas que (se) resisten a la “influencia” de lo Otro. O sea solo incorporan lo Otro cuando lo han re-filtrado, al punto de haberle extraído todo elemento que pudiera significar la modificación de las costumbres locales. Eso se llama endogamia. En la escena plástica, favorece el desmantelamiento formal. De este modo, la leche materna en el modelo de la difunta termina por sobredimensionar el rol de la teta, por sobre la leche. Ya no importa recibir leche porque cada vez es más escasa, sino mantener la repetición del acto de mamar. Aunque no salga ya nada. Eso hace que una escena se defina como “escena mamona”.El eje de la exposición permite la rotación de la figura del destete y de la consiguiente negación de la maternación referencial en el arte. En muchos lugares, la teta es institucional. En las provincias, suele ocurrir que los lugares de enseñanza se conviertan en los principales bastiones de la resistencia contra las transferencias informativas. Lo que se valida en una provincia no se valida en otra. No hay de qué sorprenderse. La única solución está en el destete. Jamás, el escenario metropolitano debe constituir un problema. En esta exposición hay artistas que provienen de capitales que ocupan un rango periférico: Santiago y Asunción. Hay artistas de Mendoza, que ocupa en la actualidad un lugar extraño e inquietante en la escena argentina, con respecto a Tucumán, Rosario o Córdova. Pero quien la lleva es Asunción, a raíz de la existencia de lo que denominado Complejo Museo del Barro. Los términos se han invertido. Desde Asunción, la micro-política de los artistas ha permitido montar instituciones autónomas flexibles. Es decir instituciones destetadas. De ahí el sub-título para esta exposición : sustituto de leche materna. El arte se trabaja como escena de sustitución formal como un artificio, como una tecnología de la exhibición. Por eso, lo primero que cabe es exponer los presupuestos de sus plataformas sustitutivas. La parte por el todo. La opacidad como táctica. La disolución de la identidad materna. El método de juntura de estas obras busca reproducir las instrucciones de uso que aparecen impresas en la etiqueta de una marca de leche en polvo destinada a lactantes a cuyas madres se les ha cortado la leche.Todos estos artistas han asumido el corte como condición de trabajo.Solo así se puede hablar de transversalidad. SMA es la marca de la leche sustituta, producida por Wyhet. Una transnacional que la ha descontinuado quizás por qué razones. Ya no circula en nuestro mercado. Ni en mercado alguno. He empleado un referente que se ha sido retirado del mercado para armar una exposición. Del mismo modo, los centros de arte contemporáneo en el primer mundo se localizan en industrias desafectadas, sacadas del mercado. La ruina de la industria habilita la casa del arte. Es una constante. El arte contemporáneo opera sobre una infraestructura reciclada. El reciclaje es una condición de su existencia. El bricolage, un supuesto de trabajo metódico. Sin olvidar el hecho que transnacionales que descontinúan sus productos en el primer mundo los siguen comercializando en el tercero, donde no hay trabas sanitarias estrictas. Sin embargo, se ha sabido que SMA ya no circula. De todos modos, nos sirve de modelo para desmontar el efecto maníaco de la leche materna. En el arte, eso significa afirmar una política xenofóbica que termina por balkanizar las relaciones de producción.SMA es un “logotipo” que designa tres ciudades: Santiago, Mendoza, Asunción. Esta es una historia de tres ciudades; de tres escenas artísticas extremadamente diferenciadas. He sostenido que Asunción la lleva. Esto quiere decir, que conduce, a través de un modelo de economía museal extremadamente simple, una estrategia de transversalidad que conecta el Pacífico con el Atlántico. En efecto, Isabel Montecinos es una artista que reside en Santiago, pero que proviene de Valparaíso. Ricardo Migliorisi reside en Asunción, pero tuvo muchas relaciones formales con Sao Paulo. Bettina Brizuela, reside en Asunción y ha establecido relaciones con Brasil, Colombia y Buenos Aires, Claudia Casarino reside en Asunción sin embargo entra y sale del país de taller de residencia en taller de residencia, operando entre Londres y Nueva York. Al mismo tiempo Osvaldo Salerno desarrolla en Asunción, una doble actividad instituyente, como artista y como curador/conservador de museo. Desde dicha posición ejerce una mirada de extraordinaria movilidad sobre la producción contemporánea, realizando a menudo el viaje de Asunción a Buenos Aires de Buenos Aires a Madrid, de Madrid a Francfort. Todos son artistas viajeros pero no migrantes. Sino, más exactamente artistas migratorios. Que han tomado del viaje y de sus condiciones de distanciamiento formal, la base de sus procedimientos de construcción de obra.Mariela Leal es mendocina y reside en Chile. Sus constantes travesías cordilleranas la han particularmente sensibilizado para comprender la noción de des/localidad. A esa estrategia se han acoplado los artistas mendocinos María Forcada y Héctor Romero. Estos últimos saben lo que significa operar en la restricción discursiva y la discriminación gremial. Para sostener sus plataformas de trabajo en operación, se ven obligados a salir de Mendoza de un modo análogo cómo los chilenos deben salir de Santiago. Es lo que sabe, de sobra, Claudia Missana, artista chilena cuyo trabajo se afirma en la noción de borde y de género. Todo esto debe ser señalado, para insistir en la no pertenencia esencial de cada artista a su “tierra materna”. Todos viven de la transferencia y la transversalidad de las relaciones formales exigidas por sus trabajos. Cada obra, en su diagrama, reclama a las otras. Cada una proporciona lo que le falta a la otra. Pero la falta no es más que una hipótesis de avance. Una ficción que requiere mantener abiertas las conexiones, buscando inéditas compatibilidades. Solo de este modo podremos colaborar al fortalecimiento de un sistema de arte sub-regional, capaz de montar las instituciones de transferencia que el diagrama de sus obras imponga.
Justo Pastor Mellado
Curador independiente